Lo prometido es deuda. Después de la reseña de Palos de Ciego publicada el pasado viernes, tocaba entrevista a El Irra. Han pasado más de ocho meses desde el anterior Hablando con... Espero no tardar tanto después de esta estupenda charla con uno de los autores más interesantes que me he encontrado en los últimos años.
Roberto Corroto: Muchas gracias por sacar tiempo para hablar conmigo de Palos de Ciego y de lo que se tercie. Vamos a comenzar con una clásica. ¿Cómo ha sido el viaje desde que se te ocurriera la idea primigenia hasta que has tenido el tomo editado por Astiberri en tus manos?
El Irra: El origen de este tebeo se remonta a una historia larga que escribí allá por el 2001, un relato callejero que se llamaba Una historia, como la famosa canción de Triana.
Por aquel entonces, yo era un cachorro recién salido de la Escuela de Arte de Sevilla. Sin perspectiva. Todavía no sabía por donde llegaban los palos. Yo solo tenía una idea clara, que era la de dedicarme a contar historias. El medio era lo de menos. Yo solo sabía que quería ganarme la vida contando historias, pero no sabía como. En aquella época, dibujaba muchas historietas cortas y me presentaba a concursos. En la mayoría me comía un mojón. Pero algunas tuve suerte y durante dos años consecutivos, gané el concurso del IAJ. Por aquella época recuerdo que todos los trabajos de mierda que me pillaba, no me daban ni para ir de aquí a la esquina.
Totalmente frustrado por mi situación, me encerré en mi cuarto y en unas semanas me escribí de una sentada el primer borrador de Una historia. Para escribirlo me inspiré en mis propias vivencias y sobre todo, en todo lo visto y oído de mi entorno más cercano. Estaba tan encerrado en mí, que al poco tiempo me dejo hasta mi novia de entonces. Pero al acabarlo me di cuenta de que no tengo aún la capacidad de poder ejecutar una obra tan ambiciosa, que aún me faltaban las herramientas para poder levantarlo y mucho camino vital por recorrer, así que decido guardarlo en un cajón y olvidarme.
Catorce años más tarde, tras sacar dos fanzines, A y F$P, rescaté el guion con idea de hacer mi primer cómic largo. Le cambié el título por Palos de ciego, hice 15 páginas de arte final y mandé el dossier a Astiberri. Lo que empezó siendo una puesta al día ultrarromántica y violenta de Don Álvaro o la fuerza del sino, finalmente se acabó transformando en una especie de Malas Calles ibérico.
El proceso de trabajo fue intenso. De lunes a domingo, con horario de oficinista, de ocho a ocho y a veces, incluso más. El cómic se compone de unas ciento treinta páginas. Comencé en enero y lo terminé a finales de septiembre. Fue un auténtico tour de force conmigo mismo. Menos mal que mi hermano Dabi se ocupó de la separación de color, que si no, no hubiera llegado a la fecha ni de coña.
R.C: Hay dos cosas que me llaman mucho la atención de lo que cuentas. La primera que tuvieras tan claro desde el principio que te querías ganar la vida contando historias. Y la segunda que te inspirases en tu entorno para el primer borrador, en una época que salíamos de los noventa, donde todo quisqui parecía querer hacer su propia historia de superhéroes.
E.I: Dibujo tebeos desde que tengo uso de razón. Siempre ha sido mi forma de expresión. Contar una historia me permite entender un poco mejor todo lo que me rodea. A los veinte años, la edad que tenía cuando escribí el primer borrador, escribir este relato me sirvió de vía de escape para aislarme de una situación bastante precaria. De no ser por esto, hubiera acabado matando a alguien o por ahí tirado fumando basucos... En cuanto a los superhéroes... la verdad es que el género tiene una gran influencia en todo lo que hago. Lo he mamado desde niño. Pero lo tengo presente de una manera muy poco ortodoxa, casi invisible. Por ejemplo, para retratar La Esquina del Gato siempre tenía en la cabeza el ambiente febril de La Cocina del Infierno de Daredevil, y me gusta pensar que Palos de Ciego es en realidad una versión "jevi" y mundana de Spider-Man. Jesús posee esa cualidad extraña y atormentada de Peter Parker. Y el hecho de ambientar la historia en una población real y cercana, en lugar de en una ciudad global y lejana, es tan solo por una cuestión puramente emocional. Necesito saber y conocer de primera mano de qué estoy hablando para poder golpear con más fuerza al lector.
Para leer el resto de la entrevista solo hay que hacer clic en Más información aquí abajo.
R.C: Eso es justamente lo que te iba a decir. Que Palos de Ciego tiene la bendita propiedad de ser al mismo tiempo una historia muy universal, pero contada en un sitio muy concreto. Hay una Esquina del Gato en muchas ciudades del mundo, y cada una tiene sus Vargas, sus Faes y demás. Sin ir más lejos, yo crecí y viví en Alcorcón hasta los 27 años y te puede asegurar que conecté enseguida con lo que estabas contando. ¿Crees que puede haber lectores que no lleguen a zambullirse tanto en el contexto por haber crecido en sitios muy diferentes a estos?
E.I: Exacto. Como bien dices, la historia es localista pero a la vez universal y puede ser contada desde Alcorcón o desde un barrio de Seúl, que seguirá siendo la misma. Pero más allá del estrato social de cada lector que se enfrenta al tebeo, lo importante es el corazón de la historia. No hace falta ser de un suburbio de Filadelfia para emocionarse con las andanzas de Rocky.
R.C: Muchas de las críticas y reseñas que han ido saliendo desde el lanzamiento de Palos de Ciego coinciden en bastantes puntos. Pero me gustaría hablar contigo de algo que creo que no se ha tocado: las partes donde Jesús tiene esas ensoñaciones con su madre desaparecida. Sin contar mucho sobre ello, a mí me parece que son fundamentales para preparar el desenlace de la historia ¿no?
E.I: Las secuencias oníricas creo que me vienen inspiradas de cuando ví por primera vez Los Olvidados de Buñuel. Ahí me di cuenta de la fuerza que tenía introducir este recurso dentro de una ficción de corte realista. Esto me permitía dejar respirar al relato y romper el orden narrativo del conjunto. El tema de la madre y el protagonista acercándose a ella, es digamos, de manera abstracta, lo que debe sentir un insecto cuando es atraído por una telaraña. No pretendo analizar su significado, pero intuyo que nace de cierto sentimiento irracional de amor maternal que, a la vez es capaz de devorar a su propio vástago, literalmente. Tampoco es algo que me haya parado a pensar de manera consciente... tan solo lo expongo. Creo que en parte nace de las pesadillas que me causó la araña anciana esa que aparecía en la Abeja Maya. Me daba auténtico pavor de niño. Y para no desvelar nada del final, digamos que todos los "pecados" pasados y presentes de los personajes involucrados en la trama empujan al protagonista hacia un "vía crucis" particular, que desemboca en una catarsis definitiva e irremediable.
R.C: ¡Tecla, la araña! De ahí la pronunciada nariz en la página 118. ¡Qué bueno! Lo de la parte onírica también lo comenté en su momento con Víctor Araque en su Buckson. Ayuda a darle una bocanada de aire fresco a la trama principal y siempre aporta algo de información sobre la personalidad del personaje protagonista, ¿no?
E.I: Eso es. Por ejemplo, las sucesivas escenas de letargo que experimentamos a lo largo del tebeo te permiten sumar información adicional que de otra manera tendría que ser expuesta de manera más directa, perdiéndose por el camino todo el componente poético que pudieran encerrar. De esta manera cada lector puede sacar sus propias conclusiones y rellenar los huecos que faltan. Este elemento también me permitía jugar con algunos de los temas centrales de la obra: la memoria subjetiva y el nada es lo que parece. En este sentido, la lectura del tebeo está diseñada para varios niveles de lectura.
R.C: Del primer borrador que hiciste en 2001, has comentado que te quedaste con las partes que te servían para hacer lo que a la postre fue la versión definitiva. Es decir que no tuviste que escribir de nuevo el guión eliminando lo que no querías para posteriormente dibujarlo, sino que fuiste trabajando sobre aquel borrador directamente, ¿es así o lo he entendido mal?
E.I: Efectivamente, mantuve el borrador inicial y lo fui interpretando sobre la marcha, desechando, ampliando y/o manteniendo según iba trabajando en la página definitiva. Más bien, lo que hice fue una reinterpretación del material base. Lo que sí mantuve fue toda la parte emocional que emanaba el manuscrito, que a veces hasta rozaba lo ingenuo peligrosamente, como por ejemplo, la escena tras paliza en el puticlub, con todo aquel monólogo que suelta el protagonista sobre la soledad. Quería mantener la llama romántica de una balada romántica, para que el impacto contrario causara más impresión aún.
R.C: Hay dos cosas que me llaman mucho la atención de lo que cuentas. La primera que tuvieras tan claro desde el principio que te querías ganar la vida contando historias. Y la segunda que te inspirases en tu entorno para el primer borrador, en una época que salíamos de los noventa, donde todo quisqui parecía querer hacer su propia historia de superhéroes.
E.I: Dibujo tebeos desde que tengo uso de razón. Siempre ha sido mi forma de expresión. Contar una historia me permite entender un poco mejor todo lo que me rodea. A los veinte años, la edad que tenía cuando escribí el primer borrador, escribir este relato me sirvió de vía de escape para aislarme de una situación bastante precaria. De no ser por esto, hubiera acabado matando a alguien o por ahí tirado fumando basucos... En cuanto a los superhéroes... la verdad es que el género tiene una gran influencia en todo lo que hago. Lo he mamado desde niño. Pero lo tengo presente de una manera muy poco ortodoxa, casi invisible. Por ejemplo, para retratar La Esquina del Gato siempre tenía en la cabeza el ambiente febril de La Cocina del Infierno de Daredevil, y me gusta pensar que Palos de Ciego es en realidad una versión "jevi" y mundana de Spider-Man. Jesús posee esa cualidad extraña y atormentada de Peter Parker. Y el hecho de ambientar la historia en una población real y cercana, en lugar de en una ciudad global y lejana, es tan solo por una cuestión puramente emocional. Necesito saber y conocer de primera mano de qué estoy hablando para poder golpear con más fuerza al lector.
Para leer el resto de la entrevista solo hay que hacer clic en Más información aquí abajo.
R.C: Eso es justamente lo que te iba a decir. Que Palos de Ciego tiene la bendita propiedad de ser al mismo tiempo una historia muy universal, pero contada en un sitio muy concreto. Hay una Esquina del Gato en muchas ciudades del mundo, y cada una tiene sus Vargas, sus Faes y demás. Sin ir más lejos, yo crecí y viví en Alcorcón hasta los 27 años y te puede asegurar que conecté enseguida con lo que estabas contando. ¿Crees que puede haber lectores que no lleguen a zambullirse tanto en el contexto por haber crecido en sitios muy diferentes a estos?
E.I: Exacto. Como bien dices, la historia es localista pero a la vez universal y puede ser contada desde Alcorcón o desde un barrio de Seúl, que seguirá siendo la misma. Pero más allá del estrato social de cada lector que se enfrenta al tebeo, lo importante es el corazón de la historia. No hace falta ser de un suburbio de Filadelfia para emocionarse con las andanzas de Rocky.
R.C: Muchas de las críticas y reseñas que han ido saliendo desde el lanzamiento de Palos de Ciego coinciden en bastantes puntos. Pero me gustaría hablar contigo de algo que creo que no se ha tocado: las partes donde Jesús tiene esas ensoñaciones con su madre desaparecida. Sin contar mucho sobre ello, a mí me parece que son fundamentales para preparar el desenlace de la historia ¿no?
E.I: Las secuencias oníricas creo que me vienen inspiradas de cuando ví por primera vez Los Olvidados de Buñuel. Ahí me di cuenta de la fuerza que tenía introducir este recurso dentro de una ficción de corte realista. Esto me permitía dejar respirar al relato y romper el orden narrativo del conjunto. El tema de la madre y el protagonista acercándose a ella, es digamos, de manera abstracta, lo que debe sentir un insecto cuando es atraído por una telaraña. No pretendo analizar su significado, pero intuyo que nace de cierto sentimiento irracional de amor maternal que, a la vez es capaz de devorar a su propio vástago, literalmente. Tampoco es algo que me haya parado a pensar de manera consciente... tan solo lo expongo. Creo que en parte nace de las pesadillas que me causó la araña anciana esa que aparecía en la Abeja Maya. Me daba auténtico pavor de niño. Y para no desvelar nada del final, digamos que todos los "pecados" pasados y presentes de los personajes involucrados en la trama empujan al protagonista hacia un "vía crucis" particular, que desemboca en una catarsis definitiva e irremediable.
R.C: ¡Tecla, la araña! De ahí la pronunciada nariz en la página 118. ¡Qué bueno! Lo de la parte onírica también lo comenté en su momento con Víctor Araque en su Buckson. Ayuda a darle una bocanada de aire fresco a la trama principal y siempre aporta algo de información sobre la personalidad del personaje protagonista, ¿no?
E.I: Eso es. Por ejemplo, las sucesivas escenas de letargo que experimentamos a lo largo del tebeo te permiten sumar información adicional que de otra manera tendría que ser expuesta de manera más directa, perdiéndose por el camino todo el componente poético que pudieran encerrar. De esta manera cada lector puede sacar sus propias conclusiones y rellenar los huecos que faltan. Este elemento también me permitía jugar con algunos de los temas centrales de la obra: la memoria subjetiva y el nada es lo que parece. En este sentido, la lectura del tebeo está diseñada para varios niveles de lectura.
R.C: Del primer borrador que hiciste en 2001, has comentado que te quedaste con las partes que te servían para hacer lo que a la postre fue la versión definitiva. Es decir que no tuviste que escribir de nuevo el guión eliminando lo que no querías para posteriormente dibujarlo, sino que fuiste trabajando sobre aquel borrador directamente, ¿es así o lo he entendido mal?
E.I: Efectivamente, mantuve el borrador inicial y lo fui interpretando sobre la marcha, desechando, ampliando y/o manteniendo según iba trabajando en la página definitiva. Más bien, lo que hice fue una reinterpretación del material base. Lo que sí mantuve fue toda la parte emocional que emanaba el manuscrito, que a veces hasta rozaba lo ingenuo peligrosamente, como por ejemplo, la escena tras paliza en el puticlub, con todo aquel monólogo que suelta el protagonista sobre la soledad. Quería mantener la llama romántica de una balada romántica, para que el impacto contrario causara más impresión aún.
R.C: Hay algo que me quedé con ganas de preguntarte cuando nos vimos en La Térmica. Revisando tu blog en los últimos meses, has ido recopilando las reseñas y entrevistas que te han ido haciendo. Y es curioso comprobar como no hay ni una sola referencia en la prensa escrita sevillana a Palos de Ciego. Lo lógico en una historia que se cuenta en San Juan de Aznalfarache sería al menos interesarse por ella, digo yo. ¿Piensas que es justamente lo que cuentas lo que les puede dar yuyu, o es una mera cuestión de desinterés por el cómic en general?
E.I: Partiendo de la base de que el cómic en España no tiene repercusión mediática y los tebeos nacionales menos todavía y dentro del nacional, los creados en Andalucía tienen aún menos repercusión. En el poco tiempo que llevo en esto, he comprobado que si eres un lobo solitario y no haces trinchera con los de siempre, te ignoran. Es un hecho que está a la vista de cualquiera que tenga redes sociales. Pero paradójicamente, las ventajas son muchas y es con lo que me quedo. He conseguido publicar Palos de Ciego con una editorial vasca de prestigio sin salir de mi casa y a mi aire, sin ningún tipo de cortapisa.
Esto me da esperanzas para intentar sembrar algo aquí sin la necesidad de migrar a Barcelona o Madrid, perdiendo la identidad por el camino. A pesar de la visible oposición del mundillo crítico y sus círculos, Palos de ciego ha tenido y sigue teniendo muy buena acogida por parte de los lectores, teniendo en cuenta que es mi primera obra larga y no me conoce casi nadie. La mejor publicidad es el boca-oreja. No creo que exista una relación directa entre reseñas y ventas. Si fuera tan fácil, cada mes saldrían dos o tres bestsellers.
Lo que no tiene perdón de Dios es la falta de apoyo y difusión por parte de los medios andaluces. Paradójicamente, casi todas las reseñas han venido de fuera de Andalucía. El interés de los medios representativos andaluces hacia el cómic es prácticamente nulo. Supongo que mi tebeo muestra una realidad que no conviene mostrar y airear por cuestiones políticas. Aquí conviene mantener una visión positiva de la sociedad andaluza, tipo Canal Sur. Hasta pienso que los mismos autores andaluces se autocensuran a la hora de mostrar el carácter andaluz "con denominación de origen", libre de complejos, sin etiquetas, por miedo a no ser aceptados por el resto del mundillo a nivel nacional. Y no estoy hablando que con esto pretenda levantar ninguna bandera. Soy el primero que critica esos productos hechos en Andalucía que caricaturizan o ensalzan lo de aquí de manera falsa y superficial. Yo soy andaluz por una cuestión meramente circunstancial. Si en Palos de Ciego los personajes hablan en andaluz tan solo por una cuestión de verosimilitud. Un acento neutro le hubiera restado verdad a lo que cuento.
R.C: Vamos a hablar si te parece del futuro. Estás esperando respuesta de Astiberri a tu posible nueva obra: No te serviré. ¿Este era el proyecto que en su día se titulaba Ciudad Sacrílega? ¿De qué va?
E.I: Pues al igual que el anterior, se basa en un tratamiento que escribí en el pasado, allá por el 2006, durante un periodo bastante oscuro de mi vida. Durante el actual proceso de trabajo se está transformando en algo nuevo y ahora se llama No te serviré, que es la frase que pronunció Lucifer a Dios tras caer en el Infierno. Ahora mismo ando metido de lleno y no tengo mucha perspectiva sobre lo que estoy haciendo, pero si tuviera que resumirlo, diría que es la mezcla imposible de Akira, Lorca y El Exorcista. Es una puesta a punto en clave realista de la vida de cristo pero a la inversa. Cuenta la historia de un reponedor de supermercado que siente la llamada de los divino mientras se arrastra por las cloacas de lo mundano y lo cotidiano. Se podría encasillar dentro del género de terror, pero diría que está más cercano al thriller coreano. La idea es completar una trilogía que se iniciaría con Palos de Ciego, continua con esta y se cierra con otra de corte futurista de la que por ahora no puedo soltar prenda. Cada una tocaría un palo distinto. La primera el género negro, la segunda el terror y la tercera la ciencia ficción.
R.C: Brutal, eso de encarar historias con una amplia diversidad de géneros me parece la hostia. ¿La tercera entrega sería la de El hombre de mentira? ¿O eso pertenece a otro proyecto?
E.I: El hombre de mentira es un proyecto paralelo que estoy trabajando a cuatro manos con otro autor cuyo nombre no puedo desvelar por ahora. Si todo sale bien, dentro de unos meses esta incógnita será desvelada. Tan solo puedo decir que tocará el género fantástico.
R.C: El tema de la autoedición es algo que ha estado muy presente en tu vida también. Con A y F$P demostraste junto a tu hermano Dabi que se pueden publicar cosas interesantes y tener éxito vendiéndolas. ¿Te ves alternando la autoedición con tu trabajo para editoriales?
E.I: Me encantaría. No descarto volver algún día a sacar algo por mi cuenta. La cuestión es organizarse y sacar tiempo, pero me tienta mucho la idea. Quedamos muy satisfechos con las ediciones que sacamos de A y F$P, quedaron mejor de lo que imaginamos. Siempre digo que el tema de la autoedición surgió de manera espontánea, como respuesta al tipo de material que a mí me gustaría encontrar como lector. Ambos fanzines eran en realidad historias que mi hermano y yo arrastrábamos desde hacía años y que son producto de un estado de ánimo un tanto digamos, alterado. A, el policíaco, lo dibujé durante mi exilio en Lisboa con mi novia después de dejar mi actividad como cerrajero y F$P al regresar a Sevilla. Por cierto, desde aquí animo a alguna editorial que quiera poner parné para una edición deluxe tipo programa doble de este material.
R.C: ¡Secundo la moción! Si os animáis con el formato digital en Zona 00 ya sabes que tenéis las puertas abiertas. La última cuestión (que no es tal en realidad) es la misma que suelo hacer en todas las entrevistas de ESDCO. Dale un consejo a los que quieran dedicarse en el futuro a esto del cómic.
E.I: ¡Tomo nota, compañero! Pues les diría que se tatúen un objetivo a fuego en la cabeza, que ideen un proyecto que les ilusione en el día a día y lo trabajen con constancia, sin prisas pero sin pausa y después se pongan el mundo por montera, eso sí, poniéndole mucha cabeza. Ya lo decía Steranko: "si alguien puede hacerlo, significa que yo también puedo."
R.C: Antes de ponerle el fin a la entrevista, hay que recordar donde te pueden encontrar los lectores en las próximas semanas. Por lo pronto en el Salón del Cómic de Barcelona, ¿no? ¿Alguna presentación o sesión de firmas posterior?
E.I: Por ahora tengo sesión de firmas en Barcelona durante el día 31 de Marzo y el 1 de Abril y para el 6 de Mayo tengo una charla en la Feria del Libro de Cádiz.
R.C: Pues mil gracias de nuevo por el rato que hemos estado hablando, crack. Mucha suerte con las ventas, con lo nuevo y a ver si nos volvemos a ver muy pronto.
E.I: Gracias a ti, Roberto. Te aseguro que el placer ha sido mío.
R.C: Vamos a hablar si te parece del futuro. Estás esperando respuesta de Astiberri a tu posible nueva obra: No te serviré. ¿Este era el proyecto que en su día se titulaba Ciudad Sacrílega? ¿De qué va?
E.I: Pues al igual que el anterior, se basa en un tratamiento que escribí en el pasado, allá por el 2006, durante un periodo bastante oscuro de mi vida. Durante el actual proceso de trabajo se está transformando en algo nuevo y ahora se llama No te serviré, que es la frase que pronunció Lucifer a Dios tras caer en el Infierno. Ahora mismo ando metido de lleno y no tengo mucha perspectiva sobre lo que estoy haciendo, pero si tuviera que resumirlo, diría que es la mezcla imposible de Akira, Lorca y El Exorcista. Es una puesta a punto en clave realista de la vida de cristo pero a la inversa. Cuenta la historia de un reponedor de supermercado que siente la llamada de los divino mientras se arrastra por las cloacas de lo mundano y lo cotidiano. Se podría encasillar dentro del género de terror, pero diría que está más cercano al thriller coreano. La idea es completar una trilogía que se iniciaría con Palos de Ciego, continua con esta y se cierra con otra de corte futurista de la que por ahora no puedo soltar prenda. Cada una tocaría un palo distinto. La primera el género negro, la segunda el terror y la tercera la ciencia ficción.
R.C: Brutal, eso de encarar historias con una amplia diversidad de géneros me parece la hostia. ¿La tercera entrega sería la de El hombre de mentira? ¿O eso pertenece a otro proyecto?
E.I: El hombre de mentira es un proyecto paralelo que estoy trabajando a cuatro manos con otro autor cuyo nombre no puedo desvelar por ahora. Si todo sale bien, dentro de unos meses esta incógnita será desvelada. Tan solo puedo decir que tocará el género fantástico.
R.C: El tema de la autoedición es algo que ha estado muy presente en tu vida también. Con A y F$P demostraste junto a tu hermano Dabi que se pueden publicar cosas interesantes y tener éxito vendiéndolas. ¿Te ves alternando la autoedición con tu trabajo para editoriales?
E.I: Me encantaría. No descarto volver algún día a sacar algo por mi cuenta. La cuestión es organizarse y sacar tiempo, pero me tienta mucho la idea. Quedamos muy satisfechos con las ediciones que sacamos de A y F$P, quedaron mejor de lo que imaginamos. Siempre digo que el tema de la autoedición surgió de manera espontánea, como respuesta al tipo de material que a mí me gustaría encontrar como lector. Ambos fanzines eran en realidad historias que mi hermano y yo arrastrábamos desde hacía años y que son producto de un estado de ánimo un tanto digamos, alterado. A, el policíaco, lo dibujé durante mi exilio en Lisboa con mi novia después de dejar mi actividad como cerrajero y F$P al regresar a Sevilla. Por cierto, desde aquí animo a alguna editorial que quiera poner parné para una edición deluxe tipo programa doble de este material.
R.C: ¡Secundo la moción! Si os animáis con el formato digital en Zona 00 ya sabes que tenéis las puertas abiertas. La última cuestión (que no es tal en realidad) es la misma que suelo hacer en todas las entrevistas de ESDCO. Dale un consejo a los que quieran dedicarse en el futuro a esto del cómic.
E.I: ¡Tomo nota, compañero! Pues les diría que se tatúen un objetivo a fuego en la cabeza, que ideen un proyecto que les ilusione en el día a día y lo trabajen con constancia, sin prisas pero sin pausa y después se pongan el mundo por montera, eso sí, poniéndole mucha cabeza. Ya lo decía Steranko: "si alguien puede hacerlo, significa que yo también puedo."
R.C: Antes de ponerle el fin a la entrevista, hay que recordar donde te pueden encontrar los lectores en las próximas semanas. Por lo pronto en el Salón del Cómic de Barcelona, ¿no? ¿Alguna presentación o sesión de firmas posterior?
E.I: Por ahora tengo sesión de firmas en Barcelona durante el día 31 de Marzo y el 1 de Abril y para el 6 de Mayo tengo una charla en la Feria del Libro de Cádiz.
R.C: Pues mil gracias de nuevo por el rato que hemos estado hablando, crack. Mucha suerte con las ventas, con lo nuevo y a ver si nos volvemos a ver muy pronto.
E.I: Gracias a ti, Roberto. Te aseguro que el placer ha sido mío.
"A pesar de la visible oposición del mundillo crítico y sus círculos, Palos de ciego ha tenido y sigue teniendo muy buena acogida por parte de los lectores" Uuuuh, qué malotes los del mundillo crítico...
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