Hace unas tres semanas que me hice con Tyler Cross, de Fabien Nury y Brüno. Era una obra que me llamó la atención poderosamente desde el principio. Todo lo que huela al género negro me atrae por defecto, pero eso hace que también sea bastante puntilloso a la hora de juzgar, sea libros, películas o como en este caso tebeos. Aquí, por más que me esfuerce, no le puedo sacar ni un pequeño borrón al trabajo de sus autores por un lado y a la edición de Dibbuks por otro. Estamos ante una historia con aroma y amor por lo clásico. Tyler Cross no habla, más bien descerraja frases casi tan potentes como las balas de su arma. Es un antihéroe carismático que solo piensa en salvar el pellejo y no le importa si en el camino sus intereses le hacen enfrentarse con el cacique de un pueblo y sus hijos. El pueblo, como pude leer en un tweet muy acertado, parece sacado de Cosecha Roja, de Dashiell Hammett, solo que con dos bandos en desiguales condiciones. La crudeza con que se narran pasajes de la trama es de agradecer para que el globo no se deshinche cuando más falta hace que no se venga abajo la historia. Nury consigue aquí, bajo mi humilde opinión, su mejor obra hasta la fecha, al menos la más redonda de las que he leído suyas (Atar Gull, W.E.S.T, Yo soy legión y Silas Corey). El trabajo de Brüno ya lo conocía de la mencionada Atar Gull, y aunque estaba un tanto receloso con que el peculiar estilo de éste casara con la ambientación propuesta por su guionista, tengo que decir que mis temores eran infundados, porque cada página es un canto a los westerns crepusculares de John Ford, Sam Peckinpah, Howard Hawks o Sergio Leone. La edición de Dibbuks merece un notable alto, porque nos ofrece un tomo en formato cartoné, con 104 páginas a color de 19,5 x 27,5 cm. por el ajustado precio de 18 euros. A modo de curiosidad, el fantástico diseño hay que apuntárselo al amigo El Torres. Y ya para acabar, desconozco si la zona de los extras contenía el mismo material, pero me ha parecido un acierto bárbaro el incluir el llamado Juego de las referencias, donde Nury se toma la molestia de citar por capítulo y página, la miríada de referencias de la que está trufada Tyler Cross: obras de los ya mencionados antes, sumadas a las de Richard Stark, Brian De Palma, James Ellroy, Robin Cook, John Sturges o Don Siegel entre otros no hacen más que refrendar el argumento con que comenzaba la reseña... no hay manera de no guardar como oro en paño esta obra, y si como yo, sois amantes del género negro, más todavía.
2 comentarios:
Yo lo estuve ojeando en al tienda y me pareció muy bueno, el arte me pareció espectacular y ahora me dices que la historia también, tendré que rascarme el bolsillo :)
¡Merece la pena hasta el último céntimo, compañero!
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