03 agosto 2017

THINGS YOU SHOULDN'T REMEMBER #1


Cada vez más autores nacionales publican en editoriales de fuera de nuestras fronteras. Los USA y el mercado francobelga son los destinos más "golosos" para aquellos que quieren ver su trabajo mejor recompensado que en nuestro país. Pero saliendo del listado de nombres conocidos, hay mogollón de nuevos valores que están empezando a dar sus pasitos allende los mares. Es el caso de Luis Roldán, Mariano Eliceche y Angel Lidon. Los tres son responsables de Things You Shouldn't Remember, la obra objeto de reseña, que ya ha pasado más de un mes desde que cayó la última.

La premisa de esta original historia escrita por Luis Roldán se podría resumir en que hay un grupo de personas por todo Estados Unidos (donde se desarrolla la trama), que de repente se encuentran recordando detalles aleatorios y que no tienen mucha importancia en apariencia. Son cosas que parecen haber sido borradas de la memoria colectiva y de la historia en sí. Es entonces cuando entra en juego un misterioso grupo conocido como The Handlers, cuya misión es cortar de raíz este brote, de la única forma que se acaba con un brote: encontrando los elementos contaminados y destruyéndolos para evitar el contagio a otros sujetos. Y cuando hablo de destruir es matar evidentemente.


En el primer número se nos presenta al que parece que será el protagonista de la historia, siendo esta no obstante algo coral. Marc Royles es un jugador de póquer profesional que de repente empieza a tener una serie de recuerdos que nadie más parece compartir (la letra de una canción que nadie conoce, por ejemplo). Eso le acaba poniendo en el punto de mira de los Handlers, aunque no de la manera en que uno pudiera pensar viendo cómo actúan otros dos de los personajes principales. Estos son John Pellman y Paul Conway. Cuando la gente recuerda cosas que no deben recordar, ellos los matan al estilo de Vincent Vega y Jules Winnfield (aunque a mí me recuerdan más a Crockett y Tubbs).


Estamos ante una historia muy bien pensada por parte de Luis Roldán, donde la intriga te deja con la miel en los labios, haciendo que pienses qué es lo que va a suceder a continuación. El arte de Mariano Eliceche le viene como anillo al dedo al guion de Luis. Un estilo muy apropiado al mercado al que va dirigido, con escenas de acción bien ejecutadas, aunque lo mejor (para mí al menos) es la gestualidad que transmiten los personajes en sus rostros. Y del trabajo al color de Angel Lidon no puedo más que decir bondades. No en vano está ahora currando con Ertito Montana y conmigo en Tales of Rogues #1, como os avisé aquí no hace mucho. Si eso no es una prueba de lo que me gusta como trabaja este tío, no sé qué lo puede ser.

A mí ya me tienen enganchado tras el final del primer número. El cómic sale tanto en formato comic book como en un TPB (que se puede reservar aquí) de la mano de Darby Pop Publishing. El que quiera esperar al tomo para disfrutarlos en ese formato leyendo todos los números sin pausa, no tendrá el mismo efecto cliffhanger que con el formato grapa. Estoy deseando echarme a la vista el segundo número, que por cierto ya está disponible para su consumo aquí. Es una historia divertida y atractiva que se lee como si estuviéramos viendo una película. Muy recomendable.

No hay comentarios: