CRÓNICA GALÁCTICA I. DANZA DE LEALTAD.
Carlos Moreno Martín.
Danza de Lealtad es la primera de las partes (tres en concreto) dentro de Crónica Galáctica, heredera de las aventuras legadas por George Lucas en su primera trilogía de la saga Star Wars, y que influye de manera notoria tanto en la forma como en el fondo de lo que Carlos cuenta en su historia. Nada más entrar en materia nos encontramos con la siguiente frase "El gran sol ya estaba saliendo en el pequeño planeta de Looner, en el lugar más alejado de la galaxia" a la que solo le faltan los cuatro puntos suspensivos y la música de John Williams de fondo. Crónica Galáctica es pues, en palabras de su propio autor, una space opera en toda regla.
Nada más entrar en materia me encuentro con que los principales protagonistas de la trama son Dorian Larkin y Moon, nombres que me hacen venir a la cabeza el de Dorian Hawkmoon, personaje nacido de la fértil imaginación de Michael Moorcock, y una de las entidades del Campeón Eterno (junto con Corum, Erekosë, Elric, Oswald Bastable o Jerry Cornelius entre otros) y ya solo por eso tiene toda mi atención.
La trama es bastante ágil y eso es de agradecer, porque nada más arrancar, a la pobre Moon ya la han secuestrado y sin comerlo ni beberlo se ve envuelta en medio de un escarceo (no amoroso precisamente) entre Larkin, miembro de la Resistencia (en vez de la Alianza) y los soldados de la Guardia Real (el Imperio flota en el ambiente) Una escena enlaza con otra, sin pausa ni cortes para irnos a otro escenario con personajes diferentes, salvo pequeños interludios que actúan como pistas para preparar el terreno de lo que acabará sucediendo. La actitud de Moon pasa de ser hostil (incluso algo cargante en ocasiones) hacia Larkin dado lo que sabe de él a través de la propaganda monárquica, a sumarse a la cruzada llevada a cabo por la variopinta tripulación de El Heraldo Espacial. Ese es otro de los puntos fuertes de la historia, la confección de unos personajes con cierto carisma y roles muy definidos, que hacen que a pesar de no saber nada de su pasado (de momento), se puedan comprender sus actos sin dificultades. También he detectado un pequeño homenaje a una de mis series favoritas de siempre llegando al final del relato: V, y no puedo contar más sin destripar parte del argumento.
Con abundancia de conversaciones, el relato se lee con sumo gusto, con algunas sorpresas reconocibles si tenemos en cuenta las fuentes de las que bebe, y sin excesivos parones por descripciones cargadas de adornos literarios, lo que hace que aunque se disponga de poco tiempo, no sirva como excusa para echarle un rato entretenido a esta primera parte, que promete ser la punta del iceberg de un texto mayor, que irá mejorando en las siguientes entregas como el propio autor ha amenazado ya.
Blog de la saga.
Site donde comprar la primera entrega.
Carlos Moreno Martín.
Danza de Lealtad es la primera de las partes (tres en concreto) dentro de Crónica Galáctica, heredera de las aventuras legadas por George Lucas en su primera trilogía de la saga Star Wars, y que influye de manera notoria tanto en la forma como en el fondo de lo que Carlos cuenta en su historia. Nada más entrar en materia nos encontramos con la siguiente frase "El gran sol ya estaba saliendo en el pequeño planeta de Looner, en el lugar más alejado de la galaxia" a la que solo le faltan los cuatro puntos suspensivos y la música de John Williams de fondo. Crónica Galáctica es pues, en palabras de su propio autor, una space opera en toda regla.
Nada más entrar en materia me encuentro con que los principales protagonistas de la trama son Dorian Larkin y Moon, nombres que me hacen venir a la cabeza el de Dorian Hawkmoon, personaje nacido de la fértil imaginación de Michael Moorcock, y una de las entidades del Campeón Eterno (junto con Corum, Erekosë, Elric, Oswald Bastable o Jerry Cornelius entre otros) y ya solo por eso tiene toda mi atención.
La trama es bastante ágil y eso es de agradecer, porque nada más arrancar, a la pobre Moon ya la han secuestrado y sin comerlo ni beberlo se ve envuelta en medio de un escarceo (no amoroso precisamente) entre Larkin, miembro de la Resistencia (en vez de la Alianza) y los soldados de la Guardia Real (el Imperio flota en el ambiente) Una escena enlaza con otra, sin pausa ni cortes para irnos a otro escenario con personajes diferentes, salvo pequeños interludios que actúan como pistas para preparar el terreno de lo que acabará sucediendo. La actitud de Moon pasa de ser hostil (incluso algo cargante en ocasiones) hacia Larkin dado lo que sabe de él a través de la propaganda monárquica, a sumarse a la cruzada llevada a cabo por la variopinta tripulación de El Heraldo Espacial. Ese es otro de los puntos fuertes de la historia, la confección de unos personajes con cierto carisma y roles muy definidos, que hacen que a pesar de no saber nada de su pasado (de momento), se puedan comprender sus actos sin dificultades. También he detectado un pequeño homenaje a una de mis series favoritas de siempre llegando al final del relato: V, y no puedo contar más sin destripar parte del argumento.
Con abundancia de conversaciones, el relato se lee con sumo gusto, con algunas sorpresas reconocibles si tenemos en cuenta las fuentes de las que bebe, y sin excesivos parones por descripciones cargadas de adornos literarios, lo que hace que aunque se disponga de poco tiempo, no sirva como excusa para echarle un rato entretenido a esta primera parte, que promete ser la punta del iceberg de un texto mayor, que irá mejorando en las siguientes entregas como el propio autor ha amenazado ya.
Blog de la saga.
Site donde comprar la primera entrega.
2 comentarios:
wuauu, ¡La primera reseña de Danza de lealtad! Me ha hecho mucha ilusión verla aquí. Muchas gracias, Roberto. Estoy encantado. Me alegro de que te haya gustado.
Un saludo, amigo.
Espero que sea la primera de unas cuantas...
Un saludo Carlos.
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