A poco que sigáis un poco tanto mis trabajos como mis filias en cuanto a autores y géneros, seguro que no os extraña ver
Bribones: La Sombra sobre Gerada en esta batería de reseñas de final de temporada. Cronológicamente llegó a mi casa antes que
Satanela y
Vivar,
En mi podio de parejas en el mundo del cómic, Bram y Weasel solo están detrás de ya sabéis quién. El haber podido hacer una historia con ellos en
Tales of Rogues fue uno de los mejores regalos que pude tener en 2018. Y si ya era fan de ellos entonces, aquello ya los colocó en un estatus de "
me compro todo lo que salga de ellos". Pero si encima a esto se le suma el homenaje a
H. P. Lovecraft que se marca maese
El Torres en esta nueva entrega, pues no se le puede pedir mucho más a este tomo, editado con enorme cariño para
Karras Comics, heredera en territorio nacional del material que hasta hace poco se publicaba en
Amigo Comics para el mercado americano. Cualquiera que haya leído casi nada del solitario de Providence, se da cuenta al ver el título de esta quinta entrega, que si bien no es una adaptación directa de
La Sombra sobre Insmouth (por si alguno piensa eso a priori), tiene todos los elementos reconocibles que plagaron los escritos de Lovecraft. Encontramos desde el narrador en primera persona que sabe que todo está perdido y que lo único que puede hacer es contar a quien lo lea el fatal desenlace, hasta una colección de criaturas que reverberan a los Perros de Tíndalos, como no, los Profundo, a Dioses Exteriores como Yog-Sothoth, Nyarlathotep o al mismísimo durmiente de R'lyeh aunque sea de una manera la mar de particular. También vemos a Hastur, conocido como El Rey de Amarillo, que a algunos les sonará si han visto
True Detective, pero que tiene su origen antes incluso que en Lovecraft, ya que hay que remontarse a
Ambroce Bierce y sobre todo a
Robert W. Chambers (muy recomendable).
Si hay algo que no encontrarás en un relato de Lovecraft es sentido del humor, a menos que sea un humor bastante retorcido. Por eso mismo, la mezcla de esa esencia con la habitual jocosidad que caracteriza a las aventuras de Bram y Weasel es un inesperado combo ganador al estilo de echarle vinagre a las fresas. Como añadidura a todo esto, que no es poco, se hace muy ameno el entrar en un universo reconocible para el que ya viene siguiendo esta colección desde hace tiempo. Gerada no es un entorno sin alma, sino ese apestoso rincón en el que cualquier cosa puede pasar, y por allí vemos desfilar a secundarios que ya han desfilado en anteriores ocasiones como Pumilio o el Magistrado Monzón.
Mención aparte merece el trabajo de Rukikun, joven valor malagueño que luce de la leche, con un estilo cercano al manga pero distinto por ejemplo a Lolita Aldea, que hizo un excelso trabajo también en Bribones: El barco frío. Si este es su debut en el cómic, su techo está muy alto.
Y como decía al comienzo, otro valor añadido que siempre suma es la edición cuidada de Karras, con regalos incluidos y un packaging que es la pera. Puede parecer algo fútil, pero al lector creo que esos detalles le deberían importar.
PD: ¿Alguien me puede iluminar en torno a quiénes representan (las personas de carne y hueso) los Paladines del Alba? ¿Puede que dos de ellos sean Danny Trejo y Al Leong?