Tal como prometí a primeros de año, voy a intentar mantener una cadencia mensual de reseñas. Como
en enero fue el día 9 el elegido para comenzar con esta cadena (
Caballero Luna: De entre los muertos fue el primer eslabón), procuraré seguir publicando todos los nueve de cada mes para hacerlo una costumbre, tanto por mi parte a la hora de escribir, como por la de aquellos que quieran invertir unos minutos en pasarse por aquí.
Dicho esto, me alegra bastante el hablaros de
Cinder & Ashe (o
Cinder and Ashe), justo después de haber compartido que
el día 15 de abril daré una charla sobre uno de sus autores,
José Luis García-López.
Cinder & Ashe es una de esas obras que parece adelantada a su época. La temática dirigida a un público adulto no era tan extraña dentro de las publicaciones que
DC Comics publicaba a finales de los ochenta, si tenemos en cuenta que joyas como
Watchmen o
V de Vendetta son más o menos coetáneas. Pero lo que sí la hace un tanto distinta a otras alejadas del género de superhéroes es la mezcla de elementos que su guionista,
Gerry Conway, mete en la historia. A saber: tenemos por un lado una trama principal propia de un serial policiaco, donde una pareja atípica (diferentes sexos, diferentes edades, diferentes formas de ver la vida) de detectives privados es contratada para encontrar a la hija de su afligido cliente.
Por otro lado, tenemos dos tramas secundarias que van entrando y saliendo de la principal con bastante acierto. La primera nos añade el género bélico a la mezcla, contando la manera en que se conocen los protagonistas: Jacob Ash, un joven soldado de los muchos que peleó en Vietnam, y Cinder DuBois, una pequeña fruto del romance entre un soldado afroamericano y una civil vietnamita. Mientras el primero va viendo los horrores del campo de batalla, la segunda vive en sus carnes el infierno de quedar huérfana en una ciudad como Saigón. En este sentido hay que romper una lanza por el guión de Conway, que tiene unos huevos como el caballo de Espartero, pese a que luego se le pueda achacar algunas lagunas en contados diálogos que no acompañan bien al apartado gráfico. Hay una escena que hoy día seguro que levantaría ampollas. De hecho, no hace tanto que por algo bastante más inocente, a Rick Remender le llovieron las críticas por parte de las/os fundamentalistas de turno en las redes sociales.
La segunda trama secundaria es la relación entre Cinder y Ash, que se muestra al principio como una nexo de colegas, para ir cambiando poco a poco a un toma y daca algo más paternofilial, entrando en algunos fases dentro de cierta confusión sentimental que ellos mismos acaban resolviendo en la parte final. Cuando las páginas nos muestran a los personajes olvidándose del caso que tienen entre manos, o de la venganza personal que Cinder quiere llevar a cabo contra Lacey, el antagonista de turno, podemos ver los mejores momentos de esta obra para mi gusto.
¿Qué decir del dibujo de José Luis García-López? No me llegan los calificativos para describir lo que consigue aquí. Cinder & Ashe es un trabajo posterior tras deslumbrar al personal con Atari Force (de la cuál hablaré otro día), y por entonces ya era un reconocido artista para la DC, pero estaba en esa etapa en la que dejaba su arte con cuentagotas en series como Legión de Super-Héroes, algún anual de Wonder Woman o de Green Lantern, etc. Los cuatro números de Cinder & Ashe son pues, un auténtico regalo para la vista de aquellos que llevamos disfrutando con su trabajo desde muy pequeños, en mi caso. La edición que yo tengo es la de tapa dura que sacó Planeta DeAgostini (ahora Planeta) en 2008, con un interesante prólogo del representante de dibujantes David Macho, y la curiosidad de ir en glorioso B/N a pesar de que la edición original iba coloreada por Joe Orlando (de hecho sigue rezando en los créditos de la primera página).