Este es Alfonso Carrat, más conocido como Socarrat, que quiere decir en valenciano chamuscado, tanto como lo está este oriundo de Alcorcón. Tan quemado se encuentra que todo el mundo le parece estúpido. Ese carácter antisocial no le hace granjearse las simpatías del respetable. Después de ver Tanguy quince veces, pretende poner en práctica lo mismo en su casa y ver quien aguanta más, si sus padres o él. De momento parece que la balanza cae de su lado. Su pasión es el mundo de los cómics, hasta el punto que ya ha dejado escrito que cuando se muera, quiere que lo entierren con su vasta colección como si fuera un faraón del antiguo Egipto. Se le llevan los demonios cada vez que va a comprar cómics a su tienda favorita y tiene que aguantar a la fauna que por allí pulula. Al no tener vicios conocidos, puede permitirse gastar excelsas cantidades en dicha tienda. Conduce un Seat Marbella de color fucsia sospechoso, legado de su hermana. Su sueño es poder vivir dibujando tebeos, aunque de momento está acabando la carrera de Estadística. En sus años mozos practicó atletismo, asi que eso, unido a la ausencia de nicotina, alquitrán y alcohol de quemar en sus organos, le hacen ser el Fermín Cacho del equipo.
1 comentario:
Uhm... entonces ese aire de hombre misterioso y ocurrente solo es porque eres un borde y un antisocial? Mis sueños rotos, las generaciones van en declive y en especial para los últimos de la fila... suerte que para los segundos hubo un salto en las taras genéticas.
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