Este es Romano, un perla de cuidado. Tiene el corazón negro como canta el Fary. Cuando le da al alpiste se convierte en un peligro para él mismo y para los que le rodean. Insulta, roba y le da por compartir su esputo con todo aquel que se cruza en su camino y no le cae en gracia. Según su punto de vista lo único que hace es impartir justicia (como si a Steven Seagle le diera por expectorar en vez de mover los brazos como si estuviera haciendo el baile del pañuelo) y poner a la gente en su sitio, eso sí, aún se desconoce donde está ese sitio. Lo extraño es que todavía no le hayan partido la cabeza en una de esas. El muy ignorante se cree un metrosexual de barrio como Mariano (Aquí no hay quién viva) y gasta todo su dinero en ropa de marca y cremas para la cara. Cuando hay partido con el equipo usa más gomina que Mijatovic, pero encima se pone una goma que le quitó a un cartón de huevos para sujetarse las greñas. Para rematar la faena, cada vez que juegan un partido siempre se acaba pegando con el más tonto del equipo contrario, con lo que salen a tangana por partido. Estudia sociología aunque no tiene muy claro de lo que le va a servir. De momento para que todo dios le pregunte que salidas tiene esa carrera.
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