Steve Ruckle es un buen tipo, pero le pierde ese ansia desmedida por demostrar al resto del grupo lo que no es ni será nunca. Después de muchas dudas sobre lo que iba a hacer con su vida, la inspiración le llego desde el mundo del cine. Y es que después de ver Dos Policías Rebeldes, tomó la decisión de entrar a formar parte del Cuerpo de la Policía Nacional para ser el Mike Lowry español, como su idolatrado Will Smith. Los malpensados dicen en cambio que la figura que venera es la de Carl Winslow, el orondo polizonte de Cosas de Casa. Se vanagloria de conocer de manera íntima, que no carnal, a Inma del Moral (bueno, él la llama Inma a secas que para eso hay confianza). Famoso por sus patadas al suelo durante los partidos, con las que pretende sortear a los rivales. Este regate tiene tanto éxito como la quatemina, con eso queda dicho todo. Uno de los requisitos para entrar en la Policía era que redujera al mínimo el número de dioptrias que tenía, y eso hizo que tuviera que recurrir a la cirugia laser. Antes de ello le eran imprescindibles las gafas, ya que sin sus lentes ha llegado a confundir una columna con el arbitro. Lo que ya no tiene mucha explicación es que mantuviera una conversación con dicha columna, pero como dicen en Conan, eso es otra historia.
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