Don Ramón es un personaje peculiar donde los haya porque es una especie de "hombre santo" del grupo. Y eso lo ha llevado hasta el extremo de, como buen peregrino, irse a vivir cerca de la montaña, aislado de un mundo plagado de pecados y tentaciones. Sólo baja de vez en cuando para visitar a la familia y los amigos, a los que ve como ovejas descarriadas que hay que salvar. Entre las pocas pertenencias que se llevó a su nuevo hogar se encuentran dos a destacar. Por un lado una mochila de la que saca toda clase de objetos por sus bolsillos, aunque de momento la mayor parte de ellos son un poco inútiles (un módem en medio de un botellón no es muy útil la verdad). Y por otro, al ser el portero del equipo, las famosas rodilleras heredadas de Arconada en persona, las mismas que utilizó en la final de la Eurocopa del 84 cuando la cago en el gol que nos metió Platiní de libre directo. Es muy amigo de Chiki, pero se resiste a ingresar en el Culto Gallinaceo de Valderas. Eso sí, cuando están juntos tienen un parecido más que razonable con Merry y Pippin de El Señor de los Anillos. Su hígado no filtra bien el alcohol, asi que el simple hecho de olerlo puede hacer que se pille una cogorza de campeonato. Eso, teniendo en cuenta la chusma con la que se junta, es un verdadero handicap que ha de sobrellevar como puede.
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